Pautas de salud y desarrollo físicos desde el nacimiento hasta los 3 años

La salud física es importante para el crecimiento y el desarrollo de los bebés en todos los dominios. Cualquier alteración en los patrones de crecimiento normal o en el desarrollo de las habilidades físicas y sensomotrices afecta totalmente el bienestar general y el desarrollo de competencias específicas de los niños. Los bebés y los niños pequeños dependen de sus cuidadores y sus padres para alcanzar un desarrollo saludable y aprender cómo tomar decisiones saludables como elegir la comida. Los cuidadores y los padres deben observar las señales de hambre y saciedad de los bebés y responder a estos indicios de maneras previsibles. Prestar atención y responder a estas señales no solo apoya el desarrollo de una relación de confianza, sino también el nuevo desarrollo de la autorregulación y la nutrición saludable del bebé.

Los cuidadores y los padres deben controlar la salud, el desarrollo físico y el funcionamiento del comportamiento de los bebés para detectar cualquier señal de alarma que pueda apuntar a posibles preocupaciones de salud o del desarrollo. La evaluación temprana para detectar problemas, como de la audición y de la vista, o preocupaciones sobre la comunicación, garantizará la intervención oportuna que podría evitar el desarrollo de enfermedades más graves. Las observaciones de la salud de un niño deben comunicarse constantemente a los demás adultos que lo cuidan.

Las investigaciones indican que el desarrollo físico de los bebés se ve impulsado por una combinación de la maduración del cuerpo, tanto las capacidades del cerebro como las físicas, y del apoyo del entorno, incluidos los tipos de objetos con los que el niño puede interactuar. Asegúrese de que el entorno apoye las crecientes capacidades físicas de los bebés y los niños pequeños y cree oportunidades para desarrollar habilidades de motricidad gruesa y fina. Por ejemplo, ofrezca un entorno estimulante que anime a los bebés a moverse y a explorar afecta el ritmo del desarrollo de las habilidades motrices. Otros factores del entorno que pueden afectar el desarrollo de las habilidades motrices incluyen la manera en la que se carga en brazos al bebé, la cantidad de tiempo que pasa en sillas, hamacas y andadores, la cantidad de tiempo que pasa acostado boca abajo durante el juego, y los juguetes con los que juega. Los niveles de actividad física más altos durante la etapa de 9 a 12 meses y la etapa en la que el niño aprende a caminar, también se han asociado a un peso más saludable y a tasas más bajas de enfermedades crónicas en la adultez. Hacer participar a los bebés en actividades divertidas que implican movimiento los ayudará no solo a desarrollar estas habilidades, sino también a desarrollar hábitos saludables, lo que sirve de base para un estilo de vida más saludable.