Pautas del desarrollo del lenguaje y la alfabetización desde el nacimiento hasta los 3 años

Los bebés prefieren el sonido de voces humanas a cualquier otro tipo de sonido. Esta preferencia indica que los niños nacen preparados para escuchar y aprender el lenguaje humano. Sin embargo, no garantiza el dominio del lenguaje de los bebés; para eso, es esencial que haya un entorno rico y estimulante. Es importante que los cuidadores y los padres presten atención a la capacidad de los bebés y los niños pequeños, la cual cambia rápidamente, para comprender palabras y gestos que reciben (lenguaje receptivo). Igual de importante es su capacidad para comunicarse con otras personas (lenguaje expresivo) de distintas maneras, desde gorjeos y sonrisas hasta palabras y oraciones simples. Para los cuidadores y los padres, estar al tanto de los cambios en la capacidad de los bebés para comunicarse y adaptar su propio lenguaje a fin de apoyar esta capacidad es la clave para el desarrollo del lenguaje y otras competencias.

El desarrollo de los lenguajes receptivo y expresivo sigue una trayectoria bastante fija y previsible a medida que los bebés progresan de responder a sus estados internos con llantos y sonrisas hasta usar estas primeras maneras de expresar sus necesidades e iniciar la comunicación con un cuidador. Más adelante, a medida que los bebés logran controlar su boca, comienzan a producir sonidos más complejos y diferenciados. La emergencia de las primeras palabras indica un hito importante no solo en el lenguaje, sino también en el desarrollo cognitivo, ya que estas palabras representan las primeras generalizaciones que preparan el camino para el desarrollo del pensamiento abstracto. Durante los próximos meses, el vocabulario de los niños se desarrolla rápido, lo que hace que este período sea particularmente sensible para la cantidad y la calidad de su comunicación con los cuidadores y los padres. Después de aprender las primeras palabras, los niños pequeños comienzan a unirlas para formar oraciones y de a poco logran dominar la gramática del lenguaje y las normas de su uso.

A fin de crear un entorno óptimo para la adquisición del lenguaje de los bebés y los niños pequeños, recuerde que durante estos primeros años de vida los niños pueden entender más de lo que pueden expresar. Por lo tanto, en vez de simplificar demasiado el lenguaje a la hora de hablar con un bebé o incluso imitar el nivel de producción del lenguaje del niño, los cuidadores y los padres deben exponer a los niños a un vocabulario rico pero no demasiado complejo al comentar sobre sus acciones, hacer preguntas o dar indicaciones. Además de facilitar un entorno de riqueza en el lenguaje, los cuidadores y los padres deben entablar conversaciones recíprocas con los bebés y los niños pequeños.

Las investigaciones sugieren que las experiencias conversacionales pueden ser más importantes que la cantidad de palabras que escucha un niño. A medida que se desarrolla el uso del lenguaje expresivo de los niños, las mejores maneras de apoyar el desarrollo del lenguaje son el refraseo, la extensión de sus oraciones y hacerlos participar en conversaciones más largas sobre objetos y eventos familiares. El final de esta etapa está marcado por otro hito importante en el desarrollo cognitivo y del lenguaje: cuando los niños comienzan a usar palabras para referirse a personas no presentes, objetos y acciones de su mundo. Hacer participar a los niños pequeños en juegos de simulación apoyará esta nueva capacidad.